PREGUNTA: Y si nadie tuvo vida pasada, hablando de reencarnación, ¿por qué hay gente que nace en la miseria y el dolor de la cuna a la tumba? ¿Y los que padecen males mentales? Que como dicen, es el "Tikún" más fuerte. Porque todavía no me cuadra eso de que nacen en miseria y sufren sólo para que otro pueda elevarse: eso es insensible, sádico, igual que el infierno cristiano, pero solo que en una corta e insegura existencia (según mi opinión).
RESPUESTA A CARGO DEL MORÉ BINIAMIN ORTIZ: Shalom, gracias por confiarnos sus preguntas.
La complejidad de esta pregunta radica en la percepción que tenemos del alma misma, pensando que el alma es una entidad única que es separada de todo un mundo espiritual. El alma, o Neshamá en hebreo, tiene 5 manifestaciones, y a su vez esta Neshamá no es una entidad separada de las demás almas. Enseñan los Jajamim que el alma es comparada a una llama de fuego de una vela, esta flama de fuego puede encender 1000 velas más y aun así no perder su fuerza y esencia misma, porque no es algo que se acabe o disminuya, el propósito y objetivo de un alma puede estar dividida en 3 o 4 manifestaciones en personas y épocas distintas, vemos el ejemplo de Eliahu Ha'Naví.
Pero no quiere decir esto que Eliahu Ha'Naví reencarnara "X" número de veces, sino la misión o legado del alma se cumple en diferentes facetas y en diferentes personas; por ejemplo, más tarde en Iojanán Ha'Matbil.
La persona en sí misma, lo que somos, venimos a este mundo con el apoyo de una Neshamá que a su vez trae consigo una "misión", que a su vez viene desde la división y subdivisión del Alma de Adam, un prototipo de alma fragmentada y que cada ser humano tiene una parte de ella para rectificar y cumplir, unos con mayor responsabilidad y otros en menor grado.
Por ello vemos que el nombre de Avraham אברהם, es el acróstico desordenado de la frase en hebreo:
בו אדם הראשון מתקו רעתו
"En él reparó Adam haRishon su mal"
Siendo Avraham la primera persona en marcar una diferencia significativa, que tomara el legado de reparar un mundo, no de buscar el Olam Habá por conveniencia.
De la misma manera, la guematría nos confirma que la primera familia en tomar el legado y responsabilidad del mundo entero tiene el mismo valor numérico que la primera familia de la tierra en reconocer al creador:
Avraham, Sará e Yitzjak = 961
Adam, Javá, Kain, Hebel y Shet =961
Son temas muy extensos y traté de simplificar los conceptos a manera que se logren comprender, sin más un saludo.
Biniamin B. Malaj.
(Extraído del grupo Tenuat haNatzratim en Facebook)
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