jueves, 8 de enero de 2015

No Multipliquen Palabras como los Minim


PREGUNTA: Shalom ajim v'javerim, tengo unas preguntas para cualquiera de los Morim. En el libro Toldot Iehoshúa capítulo 22, Rabí Iehoshúa dice:

"Y ustedes, cuando hagan Tefilá, no multipliquen palabras como los Minim (herejes), quienes piensan que por la multitud de palabras serán escuchados".

Mis preguntas son:

1) ¿Quienes son estos Minim a los que Rabí Iehoshúa se refiere?

2) ¿A qué se refirió Rabí Iehoshúa cuando dijo que no multipliquemos palabras al hacer Tefilá? ¿A usar un Sidur?

Todá rabá por su atención.

RESPUESTA A CARGO DEL MORÉ IOSEF GARRIDO: Shalom, estimado.

Según el texto del Toldot Iehoshua capítulo 22, los Minim a los que Rabí Iehoshua se está refiriendo son los mismos Janefim (personas que estudian la Torá y la corrompen al momento de aplicarla).

Cuando las personas actúan en su pretención de manipular a las gentes para satisfacer sus deseos egoístas, se convierten en Janefim (Corruptos), y cuando aún así no se conforman con eso, sino que quieren hasta manipular al Creador con sus vanas repeticiones en las oraciones, entonces son colocados en la categoría de Minim (Herejes).

Hacer semejantes cosas no van con la identidad de un auténtico hebreo tal como nos enseña Rabenu Iehoshua HaMashiaj, ni aún con las costumbres del Judaísmo Normativo tal como transmite Rav Eliezer en el Talmud Bavli, Seder Zeraim, Masejet Berajot 29b:

"Si un hombre hace de su oración un texto fijo, no es una súplica genuina [sincera]".

El Sidur es una herramienta que sirve para tener en cuenta la idea de cómo llevar a cabo una Tefilá, y no seguir los rudimentos de otras religiones, desperdiciando así nuestro tiempo y palabras. Sidur viene de la raíz "Seder", que significa "orden". Rabí Iehoshua otorgó un pequeño pero elevado Sidur a sus Talmidim llamado "Avinu", en donde no consiste precisamente en repetir las palabras que el nos dio, sino en hacer un orden definido al momento de presentarnos ante el Gran Rey del Universo mediante una Tefilá.

Antes de multiplicar nuestras palabras, pensando que por eso podríamos ser escuchados, es más efectivo llevar a la práctica los mandamientos tal y como HaMashiaj nos ha enseñado. Si hacemos así, entonces nos estaríamos ocupando de los asuntos eternos que implica la Providencia Divina cerca de nosotros. No se trata de multiplicar nuestras palabras ante El Creador, sino de multiplicar nuestras buenas acciones para con nuestro semejante, y así estaríamos alejándonos de estas dos nefastas categorías (Janefim y Minim).

Imaginar que con vanas palabras podemos manipular al Creador es la evidencia de que pura corrupción y herejía hay en nuestro derredor. Alejémonos de tales cosas y acerquémonos a las enseñanzas del Tzadiq más elevado de todos los tiempos: Rabenu Iehoshua HaMashiaj.

Que la verdadera interpretación y aplicación de la Sagrada Torá nos rodee siempre. ¡Amén!


Saludos afectuosos.

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